Seguramente somos muchos los que nos hemos comparado con otros para determinar quién es el más inteligente. También son muchos los que habrían querido comparar sus conocimientos o habilidades intelectuales con las personas más conocidas por su elevada inteligencia.
Para determinar esto apareció lo que conocemos por el término coeficiente intelectual, que supone una medida que puede determinar el grado o nivel de inteligencia en un individuo. Se trata de una medida que se puede obtener por medio de diferentes pruebas, que pretenden medir la capacidad de nuestra mente y la destreza para resolver las diferentes situaciones. Mediante esta prueba se puede determinar si somos unos genios o si tenemos alguna deficiencia con respecto a la media.
Es curioso consultar el coeficiente intelectual de muchos de los personajes más populares que han existido en la historia de la humanidad. En algunos que no han vivido durante la época más reciente, nos quedaremos con la duda sobre cuál era su capacidad real, pues no existían métodos eficientes para calcular esta medida de manera correcta, ofreciéndonos un mínimo de garantías.
Hoy en día se suelen efectuar estas pruebas para medir el coeficiente intelectual en las escuelas, para medir la capacidad de los más pequeños. Sin embargo, esto aún levanta bastante polémica por la posibilidad de que el resultado pudiera condicionar el futuro profesional de los niños. Estos test de inteligencia se deben aplicar de modo coherente, pues al fin y al cabo no siempre nos pueden ofrecer los datos exactos. Además la destreza de cada uno no depende únicamente de su capacidad, sino también del esfuerzo y empeño que pueda poner en cada actividad. Por ello muchas instituciones educativas prefieren no pasar por esta prueba a sus alumnos, con el fin de no condicionarles su futuro académico.